Viernes 22.00 hs – Centro Cultural y Social EL BIRRI
Intentando mantener una producción atenta a sus circunstancias, continuamos con nuestras nocturnas reuniones de viernes. Quedaron flotando, hace dos semanas, esas contundentes afirmaciones de Omar Acha estrujando las construcciones históricas con que entendemos el poder popular, embarrándose por no intentar evitar la inevitable huella del populismo, dejándonos un campo lo suficientemente blanqueado para, por lo menos, conocer dónde discutimos (como si fuera poco…). Leímos las copias del texto al ritmo que la discusión impone; nos fue muy bien: nos dio palabras.
Una semana más tarde, es decir, hace una semana, nos convocamos para ver una película (gesto inaugural que en un principio había funcionado en la ya lejana primera reunión, cuando la proyección mostró conferencias de Petrucelli y de Kohan). Vimos, el viernes pasado, «Hecha la ley», la peli de Silbando Bembas. Y ahí, de pie y deformando cualquier otra situación, estaba Naranpol. Porque también fue el viernes pasado (un ratito antes) cuando conocimos a los obreros de la Cooperativa.
Lo que fue una juntada que nucleaba «la problemática de los medios de comunicación» (como podría figurar en una guía de teléfonos), su «relación con el poder» y demás etcéteras que pretendíamos descartar para poder llevarnos la certeza de cuáles eran realmente las dudas y las necesidades, se acortó por el impacto que el encuentro con los trabajadores nos causó. Nos fuimos, algunos (ojalá que la mayoría) con copias de otros textos, con que pretendíamos dar cuerpo, conocer algún otro aspecto o crítica en relación a lo que «Hecha la ley» planteaba: Discutir a la Izquierda de Omar Acha y Diez Tesis para una comunicación alternativa de Adrián Pulleiro.
Pero dos hechos perfectamente opuestos empujaron esta semana: la visita a la planta (construida con mucha potencia, luego, en un correo con nervio) y la im-pre-sio-nan-te entrevista de Sr. Sicario del Litoral a Galán. Ambas figuras son una puerta de entrada al problema militante de la comunicación; por un lado, la confluencia de solidaridades y cuerpos entregados a una lucha tan nuestra e íntima, como histórica y trascendente, las distintas propuestas organizativas, movilizaciones como la del martes, el festival que se viene; solidaridades y cuerpos de los que podríamos contar mucho, gritar mucho, aunque fuera a nosotros mismos. Por otro lado, la entrevista a Galán, verdadero documento histórico del silenciamiento, de la construcción discursiva de las realidades en lucha, de lo vacío de las consignas, pero también de cómo esos vacíos pueden ejercerse, actuarse: para desmantelar, asfixiar y condenar (como leemos en la nota), o bien… como decidamos hacerlo nosotros.
Así llegamos a este viernes.
Una semana más tarde, es decir, hace una semana, nos convocamos para ver una película (gesto inaugural que en un principio había funcionado en la ya lejana primera reunión, cuando la proyección mostró conferencias de Petrucelli y de Kohan). Vimos, el viernes pasado, «Hecha la ley», la peli de Silbando Bembas. Y ahí, de pie y deformando cualquier otra situación, estaba Naranpol. Porque también fue el viernes pasado (un ratito antes) cuando conocimos a los obreros de la Cooperativa.
Lo que fue una juntada que nucleaba «la problemática de los medios de comunicación» (como podría figurar en una guía de teléfonos), su «relación con el poder» y demás etcéteras que pretendíamos descartar para poder llevarnos la certeza de cuáles eran realmente las dudas y las necesidades, se acortó por el impacto que el encuentro con los trabajadores nos causó. Nos fuimos, algunos (ojalá que la mayoría) con copias de otros textos, con que pretendíamos dar cuerpo, conocer algún otro aspecto o crítica en relación a lo que «Hecha la ley» planteaba: Discutir a la Izquierda de Omar Acha y Diez Tesis para una comunicación alternativa de Adrián Pulleiro.
Pero dos hechos perfectamente opuestos empujaron esta semana: la visita a la planta (construida con mucha potencia, luego, en un correo con nervio) y la im-pre-sio-nan-te entrevista de Sr. Sicario del Litoral a Galán. Ambas figuras son una puerta de entrada al problema militante de la comunicación; por un lado, la confluencia de solidaridades y cuerpos entregados a una lucha tan nuestra e íntima, como histórica y trascendente, las distintas propuestas organizativas, movilizaciones como la del martes, el festival que se viene; solidaridades y cuerpos de los que podríamos contar mucho, gritar mucho, aunque fuera a nosotros mismos. Por otro lado, la entrevista a Galán, verdadero documento histórico del silenciamiento, de la construcción discursiva de las realidades en lucha, de lo vacío de las consignas, pero también de cómo esos vacíos pueden ejercerse, actuarse: para desmantelar, asfixiar y condenar (como leemos en la nota), o bien… como decidamos hacerlo nosotros.
Así llegamos a este viernes.
Colectivo.Eleggua 